mayo de 1943 – septiembre de 1943

La introducción eficiente de los convoyes acabó con las esperanzas alemanas en la manada de lobos.

El almirante Dönitz tenía grandes planes para 1943. Dado que los puertos enemigos se habían vuelto muy peligrosos, decidió enfocarse de nuevo en la brecha del centro del Atlántico. En marzo de 1943, los submarinos habían hundido 675.000 toneladas de buques (108 naves en total); la inmensa mayoría de esos U-boats se dirigía a Gran Bretaña, lo que confirmaba la confianza alemana.

Sin embargo, al dar Roosevelt la orden de limpiar el Atlántico, se puso al mando de los Accesos Occidentales al almirante Max Horton, que incrementó la protección de los convoyes, y con los buques que sobraban organizó escuadrones cazasubmarinos o Hunter Killer, que rondaban por una zona esperando encontrar un sumergible alemán y hundirlo. Además, se mejoró el sonar y se perfeccionó el lanzamiento de cargas de profundidad, llegándose a lanzar hasta 24 cargas por la proa con mayor precisión. Por último, los nuevos aviones con alta autonomía de vuelo disponían de un potente radar que les permitía localizar fácilmente a los submarinos y como contaban con sus propias cargas de profundidad, podían atacar a los U-Bootes sin esperar ayuda. Repentinamente, los sumergibles empezaron a ser hundidos rápidamente gracias a la superior tecnología aliada, siendo 15 U-boats hundidos en el mes de abril.

El mayor desastre para la Kriegsmarine ocurrió en mayo de 1943. El convoy ONS-5 fue atacado por muchas manadas de lobos, sumando 50 sumergibles en total, que libraron una lucha brutal en el Atlántico. Sin embargo, solo un tercio de los barcos del convoy fueron hundidos, siendo echados a pique 41 U-bootes alemanes, un gran golpe para una fuerza de 230 submarinos en total, con una producción de 23 unidades mensuales en los astilleros del Mar del Norte. La carnicería fue tan grande que el 24 de mayo, el almirante Dönitz retiró a todos los buques de este tipo del Atlántico Norte ya que, como posteriormente escribió en su diario, se dio cuenta de que Alemania había perdido la batalla del Atlántico. El almirante Dönitz dijo durante la posguerra, sobre los hechos de 1943:

«Las bajas en el arma submarina, que previamente habían sido del 13 % del total de submarinos en operaciones, subieron al 30-50 %. En mayo de 1943 solamente, 43 submarinos fueron hundidos; no solo mientras atacaban convoyes aliados, sino en todas partes del Atlántico. No habia lugar donde los U-boats estuvieran a resguardo de ser localizados de día o de noche por los bombarderos de los Aliados. Todos los canales que funcionaban como entrada o salida del Golfo de Vizcaya eran constantemente monitoreados. Las bajas fueron especialmente altas.«

En septiembre, Alemania contaba con los nuevos torpedos acústicos y una nueva clase de submarinos llamados clase Walter. Estos avances motivaron que Dönitz intentara suerte de nuevo en el Atlántico Norte, y aunque los U-Bootes obtuvieron algunas victorias, 25 de ellos nunca regresaron a puerto. A principios de 1944, Dönitz volvió a enviar a sus submarinos a la mar, pero esta vez la derrota alemana fue evidente: 37 sumergibles fueron destruidos, hundiendo solo tres buques mercantes. Lo peor de todo es que la mayoría ni siquiera había podido salir del golfo de Vizcaya, donde estaban la mayoría de los puertos alemanes.

Acciones finales de la guerra

Ejercicio Tigre (Lyme Bay)

Aun con la guerra en el Atlántico claramente inclinada a favor de los Aliados, Alemania continuaba representando una grave amenaza; como demostraría en contexto del Ejercicio Tigre (Operation Tiger), por años mantenido encubierto por el desastre que generó. Dicho ejercicio tuvo lugar el 27 y 28 de abril de 1944 y consistía en un ensayo de los desembarcos a realizarse en Europa (lo que sería luego el famoso Día D, en junio de 1944). El ejercicio tuvo lugar en Lyme Bay, una bahía al SE de Inglaterra; el 27 de abril el Convoy T-45 (compuesto de transportes de tropas) dejaba Plymouth en dirección a dicho lugar. Las 5.ª y 9.ª flotillas de torpederos (Schnellboot), a cargo del capitán Rudolf Petersen, cuyo comando se ubicaba puerto de Wimereaux (Boulogne, Francia), habían enviado a la zona nueve botes torpederos (designados E-boats por los Aliados), coincidiendo a tiempo con el Ejercicio Tigre. Dichas unidades, patrullando el Mar del Norte y el Canal de la Mancha, ya habían logrado hundir cuatro buques pertenecientes a los convoyes PW300 y WP300 en la noche del 27-28 de febrero de 1944, y en abril de ese año al destructor noruego HMS “Eskdale”. Mientras se llevaba a cabo el Ejercicio Tigre, los nueve E-boat pasaron sin ser detectados por la insuficiente protección de tres escoltas, y lograron hundir las lanchas de desembaco LST-531 y 507, provocando las muertes de 202 y 424 estadounidenses que se hallaban a bordo, en tareas de adiestramiento para el futuro desembarco. Asimismo, la lancha LST-289 fue dañada, sufriendo otros trece muertos. Unos diez oficiales que habían muerto eran conocedores de información sobre los verdaderos desembarcos a realizarse en Normandía próximamente, lo que despertó una gran preocupación y la necesidad de saber su paradero, hasta que finalmente hallaron sus cuerpos. Este desastre motivó que las autoridades inglesas prohibieran toda divulgación del caso, que se mantuvo silenciado por años luego de terminada la guerra.

Operación Teardrop

En diciembre de 1944, la captura de dos espías en Nueva York (habían sido dejados en la costa de Maine por el submarino U-1230) y el posterior interrogatorio al que fueron sometidos, dio por resultado información sobre los cohetes V-1 y V-2, de tipo balístico con carga convencional, y la remota pero factible posibilidad que estos equiparan el arsenal de los U-boats. Asimismo, el ministro de armamento y producción de Alemania, Albert Speer tuvo en enero de 1945 un furioso discurso por radio, donde hablaba de un posible ataque con misiles sobre Nueva York para el mes de febrero. El 8 de enero, fue el entonces nuevo jefe de la Flota del Atlántico estadounidense, vicealmirante Jonas H. Ingram, quien anunció en una conferencia la posibilidad del ataque y los preparativos (Operación Teardrop) para contraatacar a los submarinos del Tipo XXI, los cuales comenzaban a entrar en servicio en el arma submarina alemana. Por su parte, el Grupo Seewolf (submarinos U-518, U-546, U-805, U-880, U-881 y U-1235) arribaba en abril de 1945 a la posición inicial en el banco de Terranova con orden de barrer hacia el sur, rumbo a Nueva York, área que ya estaba bajo alerta hasta 400 km (250 millas) mar adentro, lateral de la ciudad. La fuerza interceptora, llamada First Barrier Force (2 portaaviones y 20 escoltas) produjo en la noche del 16 de abril los hundimientos del U-1235 y el U-880,19​ aproximadamente en las coordenadas 42°54’N, 30°25’W. Posteriormente se produjo el hundimiento del U-518 la noche del 20 de abril.

El grupo llamado Second Barrier Force relevó a la fuerza interceptora inicial y produjo una intensa búsqueda, inicialmente estacionada a lo largo del meridiano 45°, cubriendo 169 km de longitud. El comando alemán ya había dejado sin efecto al Grupo Seewolf inicial, con orden de que cada submarino operara individualmente entre Nueva York y Halifax. Se sumaba el U-1229 a las operaciones. El primer ataque alemán exitoso en este combate, lo produjo el U-546 (capitán Paul Just)​ el 24 de abril, empleando uno de los nuevos torpedos acústicos T-5, dando por resultado el hundimiento del destructor USS «Frederick C. Davis», acción en la cual murieron 126 tripulantes. Sin embargo, el U-546 pronto fue contraatacado con cargas de profundidad y debió emerger, siendo luego impactado en superficie, hundiéndose. El capitán y otros treinta y dos tripulantes fueron capturados y llevados a bordo del portaaviones «Bogue». Posteriormente, en Fort Hunt (Virginia) los sobrevivientes del U-546 fueron sujetos a maltrato físico a fines de sacarles información sobre los cohetes y su posible uso en submarinos. La acción final de este combate, fue el hundimiento del submarino U-881, al SE de Terranova, a las 6:16 del 6 de mayo, siendo este el último U-boat del conflicto en ser hundido en combate. Ya con la guerra oficialmente finalizada, la Second Barrier Force aceptó, mar adentro, la rendición de los submarinos U-805, U-234, U-858 y U-1228, para luego regresar a base.

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